¿Qué haría diferente si volviese a ser jefe por primera vez?

En el contexto actual donde la flexibilidad, la innovación y la rapidez son más importantes que nunca, las personas son el recurso con mayor impacto sobre los resultados. El papel del jefe es fundamental.  Pero ¿cómo ser un “buen jefe” cuando te tiran a la piscina?

Ser jefe por primera vez es muy parecido a ser padres primerizos. Nos sentimos orgullosos y entusiastas, aunque realmente no tenemos ni idea de lo que hay que hacer. De repente lo somos y tenemos tantas ganas de hacerlo bien que todo lo tomamos muy a pecho.

Intentamos aprender sobre la marcha, imitar lo que hemos visto.  Pero muchas veces nos sentimos superados, y cometemos errores. Ahora, trabajando en una compañía dedicada a desarrollar habilidades de liderazgo, a veces echo a volar la imaginación y pienso cómo sería tener un botón de rebobinar y viajar a través del tiempo para volver a ser jefe por primera vez, pero esta vez, sabiendo todo lo que sé ahora. No tengo esta posibilidad, pero sí puedo compartir mis conclusiones con los nuevos – ó futuros- jefes.

Ser jefe por primera vez es un momento crítico de la vida profesional y lleno de desafíos. Como sabemos que los nuevos jefes se eligen entre aquellas personas con un desempeño superior, cogemos el ascenso con mucha entusiasmo y confianza. Pero no tardamos en encontrarnos con dificultades y sentirnos solos o perdidos. Según un estudio realizado por International Success Academy, sólo 10% de los managers están preparados en el momento de convertirse en jefes, más de la mitad no reciben formación de habilidades de liderazgo y alrededor de un 60% se enfrentan a fracasos durante los dos primeros años de su andadura.

La primera vez que he sido jefe tenía 26 años y trabajaba en una agencia de marketing digital. Era parte del equipo y tenía amistad con los demás miembros cuando ascendí para convertirme en su jefa. Estaba deseosa de mostrar mi valía y asegurar buenos resultados y el éxito para todos. Seguía considerándome su amiga, y quedando con ellos fuera de la oficina los fines de semana. Estaba muy contenta, pero me resultaba extraño manejar este doble papel. Cuando las cosas salían bien, pensaba que todo estaba genial. Pero cuando surgían imprevistos o problemas con algún colaborador, sentía que ser jefe primerizo era muy duro.

Hoy mirando atrás, veo más claro algunos de los errores que cometí, y según los estudios, que comenten la mayoría de las personas cuando son jefes por primera vez:

  • Creer que hay que tener la respuesta a todo.
  • Intentar demostrar confianza, negando admitir debilidad o errores.
  • Creer que hay que ser duro para ser respetado.
  • No escuchar de verdad, con la intención de dejarse persuadir.
  • Huir del conflicto, hasta que no haya escapatoria.
  • Trabajar largas horas y jornadas interminables para sacar trabajo adelante sin delegar.
  • Pensar que hay que elegir entre las personas y los resultados.
  • Ceñirse a al día a día, siguiendo solamente lo que llega desde arriba, sin marcar metas a largo plazo para el desarrollo de las personas del equipo.
  • No celebrar suficientemente los éxitos.

Sabiendo todo lo que sé hoy, hay cosas que hubiese hecho de manera diferente cuando fui jefe por primera vez:

  • Respirar y tomar mi tiempo: no hay que responder a todo ya. Tomar el tiempo necesario para reflexionar y para sentirse tranquilo, incluso en momentos de mucho estrés.
  • Escuchar, no solamente dejar hablar, sino prestar atención realmente a lo que las personas tienen que decir. Escuchar para aprender de ellos y con la apertura de espíritu que puede llevar a cambiar de opinión.
  • Marcar objetivos y expectativas claras a mi equipo para ayudarles a desarrollarse; y trabajar duro para crear oportunidades de crecimiento para ellos.
  • No fingir lo que no soy: imitar un jefe admirado o intentar actuar como una persona autoritaria cuando soy más bien lo contrario. Decir al equipo quién soy realmente y qué espero de ellos.
  • No tomar todo tan a pecho, no exigirme tanto. Como jefe no podemos ser todo para todo el mundo. Sólo somos humanos.
  • Hablar de las cosas sin dejar que se enfríen: Cuando hay un problema con alguien de mi equipo, buscar el momento apropiado para hablarlo lo antes posible, eligiendo cada palabra cuidadosamente. Les preguntaría abiertamente lo que pasa sin perjuicios, sin culpar o juzgar.
  • Pedir ayuda. Todos necesitamos dirección, apoyo y formación cuando empezamos un nuevo reto. Muchas veces, somos demasiado orgullosos para pedirlo.

Para saber más sobre las habilidades esenciales que necesitan de los nuevos managers, se puede ver de forma gratuita el webinar llamado Four Conversations All New Managers Need to Master por cortesía de Cisco Webex y Ken Blanchard Companies.

La experiencia de ser jefe por primera vez, y sentirse superado por la situación es lo más común.  Muchas veces nos olvidamos de que ser jefe requiere habilidades distintas a ser colaborador y estas habilidades se pueden aprender.

Descrubre el Programa Manager Primerizo de The Ken Blanchard Companies

Beril Levi, Socia de Blanchard Spain, formadora y Coach ejecutivo.

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